De tanta obligación, nos hicimos devotos
Obligamos a los niños
A escuchar discursos
Que no les interesan
A sentarse
Cuando prefieren correr
A aprender
Lo que no les importa
A callar
Cuando quieren compartir
Obligamos a los niños
A memorizar cosas
Que no tienen sentido para ellos
A que coman
Lo que es bueno
A que compartan
Lo que quieren reservarse
A Que relaten
Discursos que jamás crearon
Para que aprueben exámenes
Que no les conducen
A ningún lugar de sí mismos
Mas que al deseo
De aprobar
Y aprenden a hacer por voluntad
Lo que antes hacían
Por imposición
Asi van Olvidando
Quiénes son
Y ponen en su centro
La aprobación ajena
Pero la vida no tiene materias
Y los excelentes
Se quedan en el recuerdo
De la excelencia
Buscando aprobación
Se olvidan
De hablar cuando desean
Sobre lo que desean
De Aprender por motivación propia
Comer en deleite
Y correr de expansión
Se olvidan
De compartir por gusto
Y reservar sus cuerpos
De sembrar discursos que inventaron
Y criticar abiertamente
Se olvidan de sentirse
En vez de sentarse
A complacer al resto
Se han esforzado tanto
En aprobar
En relucir
Que han olvidado el idioma
Del deseo interno
Aquél que te impulsa a correr
Cuando no quieres quedarte
El que te hace buscar
Aquello que te sana
Y el que salvaguarda tus ganas
Por encima de tu excelencia
Ese idioma
Es el que lo impuesto
Te expropia
Para alojar en tí
Al forastero deber
De anteponer
Las necesidades
E INTERESES
De otros
#ululabaalaluna
La foto es de mi compañera
@christinacuninghamphotography
Con la que estamos tejiendo sueños nuevos
A modo de trampolines de colores
Nuestras niñas son ajenas
A lo ajeno
Vivenciadas sin deberes
Aprenden lo que sus ganas
Les impulsan
Y sus sueños
Les motivan
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